BIOCOMBUSTIBLES DE SEGUNDA GENERACIÓN
La producción de
combustibles líquidos a partir de biomasa, o sea "biocombustibles",
como alternativa a los combustibles producidos a partir de petróleo, está
actualmente creciendo con una enorme dinámica en muchas regiones del mundo.
Esta dinámica tiene sobre todo dos razones: por un lado los precios del petróleo
cada vez más altos, y por el otro lado la promoción de los biocombustibles
motivada principalmente por razones políticas, medioambientales y Sociales.
Puesto que las fuentes
fósiles de energía son limitadas, es inevitable sustituirlas tarde o temprano
por fuentes renovables de energía. El alza de los precios de las fuentes
fósiles impulsará este proceso. Entre las fuentes fósiles de energía, el
petróleo se agotará más pronto, mientras que el gas natural y ante todo la
hulla alcanzarán todavía para un tiempo bastante prolongado. Sin embargo, las
fuentes fósiles de energía son las fuentes más importantes de generación de
gases invernaderos, y en primer lugar el CO2, por lo cual, desde la
perspectiva del cambio climático, no es razonable seguir recurriendo a estas
fuentes hasta su agotamiento.
Cambiar el sistema
energético hacia las energías renovables es en principio posible; el sol y el
viento representan una cantidad de energía que supera mil veces la demanda
anual de energía de toda la economía mundial. El desafío consiste en
desarrollar las tecnologías adecuadas para su aprovechamiento sostenible. Un
estudio preparado recientemente por un consejo de científicos para el Gobierno
Alemán llega a la conclusión que a largo plazo la energía solar y la eólica, y
eventualmente también la geotérmica, predominarían como fuentes de energía. En
lo referente a los combustibles líquidos para el sector transporte, existe
amplio consenso entre expertos y organismos internacionales respecto a que los
biocombustibles constituyen la única opción realista de sustitución de
combustibles fósiles en el futuro cercano
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