MOTOR STIRLING
Un motor
Stirling es un motor térmico operando por compresión y expansión cíclica
de aire u otro gas, el llamado fluido de trabajo, a diferentes niveles de
temperatura tales que se produce una conversión neta de energía calorífica a
energía mecánica. O más específicamente, un motor térmico de ciclo cerrado regenerativo con un
fluido gaseoso permanente, donde el ciclo
cerrado es definido como un sistema termodinámico en
el cual el fluido está permanentemente contenido en el sistema, y regenerativo describe el uso de
un tipo específico de intercambio de calor y almacenamiento térmico, conocido
como el regenerador. Esta
inclusión de un regenerador es
lo que diferencia a los motores Stirling de otros motores de ciclo cerrado.
El motor Stirling fue
inventado en 1816 por el Reverendo escocés Robert Stirling quien
lo concibió como un primer motor diseñado para rivalizar con el motor de vapor, en la práctica su uso se redujo a aplicaciones
domésticas por casi un siglo. Los motores Stirling tienen una alta eficiencia,
si se los compara con los motores de vapor, y gran facilidad para ser aplicados
a cualquier fuente de calor. Estas ventajas están haciendo que vuelva a tener
interés este tipo de motores, y su aplicación en sistemas captadores de
energías renovables.
El motor Stirling es el
único capaz de aproximarse (teóricamente lo alcanza) al rendimiento máximo
teórico conocido como rendimiento de Carnot, por lo que, en lo que a rendimiento de
motores térmicos se refiere, es la mejor opción. Conviene advertir que no
serviría como motor de coche, porque aunque su rendimiento es superior, su
potencia es inferior (a igualdad de peso) y el rendimiento óptimo sólo se
alcanza a velocidades bajas. El ciclo teórico de Carnot es inalcanzable en la
práctica, y el ciclo Stirling real tendría un rendimiento intrínsecamente
inferior al Ciclo de Carnot, además el
rendimiento del ciclo es sensible a la temperatura exterior, por lo que su
eficiencia es mayor en climas fríos como el invierno en los países nórdicos,
mientras tendría menos interés en climas como los de los países ecuatoriales,
conservando siempre la ventaja de los motores de combustión externa de las
mínimas emisiones de gases contaminantes, y la posibilidad de aceptar fuentes
de calor sin combustión.
Su ciclo de trabajo se
conforma mediante 2 transformaciones isotónicas (calentamiento
y enfriamiento a volumen constante) y dos isotermas(compresión y
expansión a temperatura constante)
Existe un elemento adicional al motor, llamado regenerador, que, aunque no es indispensable, permite alcanzar
mayores rendimientos. El regenerador es un intercambiador de calor interno que
tiene la función de absorber y ceder calor en las evoluciones a volumen
constante del ciclo. El regenerador consiste en un medio poroso con conductividad térmica despreciable,
que contiene un fluido. El regenerador divide al motor en
dos zonas: una zona caliente y otra zona fría. El fluido se desplaza de la zona
caliente a la fría durante los diversos ciclos de trabajo, atravesando el
regenerador.
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